Saturnino

 

Saturnino

Saturnino, con cinco años, se quedó solo en casa;

Hoy será el hombre de su hogar.

Qué maravilla, llevará los pantalones,

Como bien se dice, en los barrios de la villa.

 

Saturnino, no se quiere levantar;

Anoche el sueño costó en llegar,

Y recién a horas de la medianoche,

Logró soñar.

 

Saturnino, no pudo soñar,

Con esas cosas que sueñan los niños de su edad,

Como ganar un partido, ser un súper héroe,

Pilotear un avión y otras cosas,

Que sueñan los niños y niñas de su edad.

 

Saturnino, no pudo descansar,

Horribles pesadillas lo vinieron acosar.

Imágenes de hombres grandes y oscuros,

Pudo visibilizar. Tenían traje verde,

Y palabras humillantes escupían al hablar.

 

Saturnino, veía que estos hombres desagradables,

A humildes personas se querían llevar.

Porque los hombres oscuros, no los querían acá.

Ya que los consideraban una amenaza para su

Privilegiada sociedad. En una sociedad donde comían

Pocos y se iban, lamentablemente, muchos.

 

Saturnino, inmóvil está, no sabe cómo ayudar,

Dos personas a su lado están. Le susurraban, despacio,

Que tranquilo debe estar, la misma experiencia,

En carne propia, tuvieron que pasar.

Pero en la lucha, todavía, van a estar.

 

Saturnino, de un salto, se acaba de levantar.

Recorre toda su casa, y ve vacío a

Su hogar, sus padres lamentablemente no están.

 

Saturnino, sabe que los tiene que ir a buscar,

Y gracias a unas mujeres de gran afecto y pañuelos blancos,

Solo nunca volverá a estar.

 

Saturnino, a pesar de tan honda tristeza,

Feliz se encuentra a pesar de tanto mal,

Porque hay algo que no le sacaron,

Y nunca le podrán sacar,

Que es el espíritu de lucha, de mamá y papá.

 Aldo Marcelo Luna 

 

 

 

 

 

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