En el bosque.
“Desdichado el que llora,
Porque ya tiene el hábito miserable del llanto”
Borges.
En el bosque
te encuentro, en el momento oportuno,
Un
improvisado saludo en el claro de luna.
Sonrisas
tensa, situación complicada, el rigor que incomoda.
Siento su respiración
tocando mi cuello,
Una pistola
cargada acaricia mi mejilla.
Usted me dice "esta vez el que
juega soy yo"
En el bosque se oye una primera explosión,
Resuena un
disparo luego dos, mi cuerpo se estremece.
Entonces
colapsa suavemente, se vuelve débil, no responde por si.
Nada, ni un
sonido de auxilio se pudo oír.
Nadie vio,
por suerte verme desvanecer.
Para mí
ahora todo esto me lleva al ostracismo.
Todo
el mundo ahora veo que se preocupa,
Piensa que
la carga me exilia de los demás.
Usted sabe
que ya no le pertenezco.
Lleva su reverencia, su misión
cumplida.
El bosque
tiembla de nuevo, con un pequeño estridente.
Y me gusta
el silencio y el fresco viento en mi pálida cara.
Me encuentro
ahora en el medio de paisajes lunares
Sin sentir,
sin oír, sin ver, qué bello.
Ya no temo,
no me temo.
Y de esa
forma, desde el saludo al final,
Encontraron
una nueva manera de herirse;
Provocándose.
Aldo Marcelo Luna
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