Ir al contenido principal

Entradas

Destacados

Centauro en ruinas

  Centauro en ruinas No me caracterizo por la tibieza. Al contrario, hay en mí una furia que no se deja domesticar: la mitad de mi cuerpo —si acaso pudiera hablar de límites precisos— pertenece a un centauro. No sé si yo le pertenezco a él, o si él es apenas la prolongación salvaje de algo que me excede. No es una metáfora fácil: es una fusión orgánica, espiritual, quizás maldita. Galopa en mí una bestia que piensa con músculos, que reacciona antes de hablar, que embiste antes de razonar. ¿Y qué ocurre con mi parte humana? Queda opacada, a veces, aplastada bajo la pezuña de ese impulso. Podría decirse que mi alma es un centauro: mitad vértigo, mitad vergüenza. Si hay confusión en estas primeras líneas, dispénsemela el lector. No escribo desde la lucidez sino desde una congoja espesa, una que aprieta el pecho como si la angustia misma fuese un órgano. No quiero exagerar, pero uno no siempre puede elegir la proporción del dolor. Lo que se siente ahora es real. Tal vez, cuando usted...

Entradas más recientes

AUTORRETRO DE UN IDIOTA LUCIDO

6/6/15

Ternura en fuga

TIZ... NIÑO ESQUILAR