BR0KEN MASK.
BR0KEN
MASK.
Todo tiene que tener un final en esta vida; todo incluso tus retorcidas,
crueles y estúpidas mentiras.
Creaste un vacío a tu alrededor, hundiendo gente en ella; destrozando la
confianza que ellos alguna vez en vos pusieron.
Encegueciste con un extraño e inexistente encanto, falsa melodía de sirena.
Quisiera tan solo por un segundo ver la realidad, ver más allá; saber quiénes
cayeron, quienes sufren, quienes pierden segundo a segundo las esperanzas por
tu felicidad.
Me puedo ver, puedo verme dentro de aquella oscura y tenebrosa burbuja que
creaste para mí, aquella prisión en la cual todo lo que deseo se hace realidad,
¿Pero a qué precio?
Uno alto puedo saberlo, perdiendo los sentidos y poniéndome poco a poco a tus
pies.
Tu plan era perfecto, no tenía fallas, solo una, y esa falla fui yo.
Pensaste de manera errónea al creer que podías comprarme, pensaste que mis ojos
se nublarían cumpliendo mis caprichos, pensaste y lo hiciste de manera
equívoca, y no te culpo, ni te odio por ello, solo me das lástima.
Lástima por saber que aquella es la única manera que tenes de no estar solo, un
desesperado intento, un triste intento.
Viendo la figura que realmente sos, no tengo miedo a enfrentarme a vos, a ser
tu antítesis, a ser quien le ponga fin a tus mentiras, quien destroce cada una
de las cristalinas pero no transparentes burbujas que pusiste en las personas.
No soy héroe, no soy juez, pero aún de esa manera, soy quien tiene el derecho
de juzgarte y mi dedo apunta al suelo, el mismo que posee lágrimas derramadas
por tu culpa, pero no sonrías por el triunfo, pues ellas no son mías. Son el
rastro que poco a poco me llevó a la verdad, tu verdad.
Saber que hay detrás de esa máscara.
Mi espada es un arma que no podes ver, porque su empuñadura es realidad, y su
hoja posee verdad, dos palabras que están lejos de vos, pero cerca de mí.
Y con esas dos palabras, poco a poco salvaré a quienes aún no pudieron abrir
sus ojos, a quienes mantenés presos, cautivos, adoloridos.
Tu máscara se ha roto, pero esto es solo el comienzo de la gran batalla,
aquella que siempre existió, aquella entre la mentira y la verdad. Aquella
entre vos y yo.
Larga y tediosa se que será, pues tus mañas no son pocas, y las mías tampoco,
pero esto tiene que tener un final, la gente no merece llorar por vos, la gente
no merece estar con vos, vos no merecés a esa gente.
Tu máscara va a caer, y yo no reiré.
Te quise ayudar, Odín supo que así fue, pero tus mentiras pudieron más.
Se acerca el final de todo, pero con una leve sonrisa me atrevo a cuestionar
¿Por qué?; ¿Por qué alguien puede encontrar felicidad, amor, satisfacción
destrozando sentimientos no propios?
Realmente me siento bien de haber aparecido en tu vida, y que vos lo hayas
hecho en la mía, jamás pensé que nuestras armas, nuestras palabras, nuestras
miradas llegasen a estar en bandos diferentes.
ALDO MACELO LUNA
Me duele todo esto, me duele enfrentarme a vos,
felicidad.
Se acabó todo para vos.
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