Teach me.
Él me enseñó que de silencios lo sabía todo, que en ese lenguaje sin sonidos podía decir la eternidad.
Él aprendió su lengua con la piel y los ojos cerrados; los múltiples gritos del silencio.
Él sabía que cuando él tuviera que partir, podría oírlo callar.
Microfiión
Aldo Marcelo Luna
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