Carta abierta a mis amigos y familiares
9 de marzo 2016 Banfield,
Tengo mucho que agradecer y a veces no por falta de tiempo o querer en sí mismo, tal por ser, típico de mi, un perfil que se nota a todas luces al despistado, que me olvido de ciertas cosas o por el solo acto de ser frío en momentos en los cuales no tendría que ser.
Fueron enésimas los momentos en que la vida, intrépida y misteriosa, con su idílica y bella manera de tener la capacidad de tener el génesis de crear vínculos, caminos a objetivos a querer cumplir, de construir sueños que alcancen la inmensidad de la galaxia, alegría nata, los juegos de la infancia. La libertad propia de ser quien uno quiere optar querer ser, sin tener la presión o el prejuicio de nadie, con la coraza de poder soportar ciertas dagas, que duelen, y las escondo con sonrisas, pero la fortaleza y el orgullo en si, no me permite que sea vencido, todo eso y tal vez mas, la vida me ofreció y me sigue ofreciendo.
Sopero, también la vida me ha chocado con fuertes golpes de olas del mar en mi sensible y pequeño pecho, les puedo asegurar que no tengo conocimiento sobre la fuerza del agua, pero de tal forma, no me cabe duda de que tiene el mismo potencial hiriente que el fuego. Inmensa analogía y comparación del otro lado de la vida, cuando te desgarra de tus abrazos tus seres amados, quienes te rodean y son el cimiento de vinculo afectivo con la mayor sinergia, se podría decir, de menor medida, el malestar de rendir mal un examen, el reto y enojo de los queridos padres, un pésimo día en el trabajo, tener una enfermedad tratable, pero como tosco que somos ( o soy) transformamos de ella de un palito una hoguera, creando una situación elefantiasis y exagerada. Podría seguir exhortando más ejemplos de esta parte aciaga de la vida, pero tomaría redactar todo un tratado.
Y ahora, Ustedes se preguntaran, a que puerto quiero llegar con éste navío de palabras, teniendo todos los ojos inundados y parte de mis mejillas cristalizados por las gotas de las lágrimas, es para agradecerle por haber estado, en todo momento y situación, sea cual fuese, y me tomo este espacio para decirlo y repetirlo varias veces muchas gracias, muchas, pero muchas gracias.
Los amo fuerte, con esa pasión ígnea que solo el corazón puede producir, con la inmensidad del cosmos infinito.
Que nada nos aparte del sesgo del cariño, ya que esa fuente de devoción es una de las miles de formas que cura todo tipo de virulencia, malestar, enojo, rencor y odio.
Los amo. Amensen, siempre.
Firma. Aldo Marcelito Luna
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